La Educación en serie y el adoctrinamiento infantil

estudiante - La Educación en serie y el adoctrinamiento infantilHoy os voy a contar lo que pienso sobre la educación en general y los problemas internos que conlleva en particular.

El despertar en la escuela.

Probablemente nuestros primeros recuerdos se remonten a nuestra primera etapa escolar. Es extraño recordar algo de la guardería, pero la guardería es un recreo constante, un sitio donde pintar y jugar mientras tus padres trabajan o piensan que es lo mejor para que aprendas a relacionarte con los demás.

En la escuela, empieza la etapa de control, de moldear al niño para que salgan todos igualitos y con los mismos conocimientos.

No hay dos niños iguales, pero se empeñan en que todos acaben siéndolo. Hay niños con motivaciones e inquietudes distintas que son aplacadas por la sistemática educación y acusados de rebeldes. Inadaptados.

Fue el gran Mark Twain quien dijo: “Nunca permití que la escuela interfiriera en mi educación”

Y también el grande Pablo Picasso quien dijo: “Todos los niños nacen artistas, lo difícil es seguir siendo un artista cuando crecemos.”

 

¿Porqué nos roban la imaginación y la creatividad?

Me parece perfecto que nos enseñen lo básico. Leer, escribir, un mínimo de cultura general… Pero nunca deberían dejar de alimentar nuestras virtudes.

Ken Robinson dice que en un experimento se les dio un clip a un grupo de personas. Se trataba de niños de un jardín de infancia. Según la cantidad de usos que se les ocurrieran obtenían una puntuación. Cuando llegaban a según que punto se  le consideraba genio. Un 98 % de los críos obtuvo la calificación de genio. Luego se repitió el experimentos con niños 5 años mayores y sólo el 50% consiguió la calificación de genio. El experimento, con niños todavía más mayores dieron unos resultados todavía peores.

Mirar este vídeo que no tiene desperdicio.

La asignatura más necesaria: Educación emocional.

Muchos de nuestros traumas vienen de la etapa escolar.

El principal de ellos es sentirte diferente al resto. Al grupo. Ser el gordo, el menos avispado, el que siempre se distrae porque la clase no le interesa lo más mínimo… Y no hay nadie que les diga cómo tienen que aprender a controlar esos sentimientos. Porque los padres, desgraciadamente suelen estar muy ocupados… y cansados cuando no lo están.

Mi punto de vista es que de pequeños debería haber una asignatura de obligada enseñanza: La educación emocional.

Alguien debe enseñar a los críos con lo que se pueden encontrar en un futuro no muy lejano: decepciones, exclusiones, maltratos físicos o psícológicos en casa o en la calle… En fin, alguien debería enseñar a controlar esos estados inevitables que la mayoría de los niños en algún tramo de su juventud pasarán y que si no aprenden a controlar de la manera correcta es posible que acabe en un desagradable trauma.

Pero no, es más importante enseñar derivadas, integrales (y eso que soy un amante de las matemáticas), latín (cuando cursé 2º de BUP era asignatura obligatoria) y otras asignaturas o materias que no nos van a servir de nada en nuestra futura vida adulta. Es más, la mayoría las aprendemos de manera metódica y a los dos días ya hemos olvidado lo aprendido. Porque no nos interesan lo más mínimo. Esas especialidades deberían aplicarse en la etapa de enseñanza superior, cuando ya has decidido una especialidad y sabes lo que quieres y esas materias son de vital importancia para tu buen futuro profesional.

Ética, religión y educación por la ciudadanía. El adoctrinamiento.

Es increíble la facilidad que tiene este país a la hora de cambiar las reglas del juego escolar. Cambio de gobierno suele ser igual a cambio en el modelo escolar.

Cuando yo estudiaba tenía una asignatura que era ética (también podías cambiarla por religión, pero creo que yo ya nací ateo radical) donde intentaban enseñarnos unos principios éticos de convivencia. Vamos, nos decían lo que estaba bien y lo que estaba mal. No me parece mal el concepto, y creo que en el fondo es una asignatura bastante útil.

Ahora hace poco incorporaron educación por la ciudadanía, que levantó muchas ampollas porque la oposición política achacaba que era una asignatura con ánimo de imponer a los niños a pensar de igual manera que el partido que gobernaba en la actualidad. Sinceramente, me leí el índice y algunos puntos clave y me pareció que no imponía nada, aunque como siempre, como en mi antigua clase de ética, se nos decía lo que estaba bien y lo que estaba mal.

Ahora hemos vuelto a cambiar de gobierno y el más que odiado ministro Wert pretende incorporar religión con nota que cuenta en la evaluación final. Quieren volver a decirle a los niños lo que está bien y lo que está mal, pero en este caso disfrazado con historias surrealistas sobre hechos que nunca ocurrieron y mitos de lo más ridículos.

En todos estos casos lo más doloroso es que no se hace pensar a los niños, simplemente se le impone la doctrina del bien y del mal sin que los niños puedan hacerse la más importante de las preguntas: ¿Por qué?

De mayores, la cosa tampoco cambia mucho. Los medios de comunicación desinforman y confunden. Nos distraen de los verdaderos problemas con cuestiones banales que sólo hacen una cosa: distraernos.

En la escuela nos pueden enseñar muchas cosas. Algunas útiles, otras inútiles por completo, pero lo que está claro es que no nos enseñan lo más importante: pensar, y pensar lo que queremos.

Por último os dejo un vídeo de obligada visualización de una canción que todos conocéis (los primeros minutos al igual no os suena pero luego seguro que si) de una de mis películas preferidas: The Wall. Verlo entero porque merece la pena.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *