Ray Bradbury no vio bien el futuro.

Intentaba ir de profético en cuanto a distopías se refería. Pero no vio la suya propia.

El autor de  Fahrenheit 451, Crónicas marcianas o el hombre ilustrado no fue capaz de ver lo que se le venía encima, aunque se atrevió a firmar una de las distopías proféticas más absurdas de la historia.

Ray Bradbury no quiso que sus libros se convirtieran en bits. No sé si con el tiempo se volvió ignorante, o el futuro-presente le sobrepasó. Pero lo cierto es que cuando él se quería apartar del eBook todas sus obras ya estaban en la red de manera gratuita. Qué cruel es la vida a veces con los que piensan en el avance y no avanzan.

El futuro se escribe en papel volátil, pero el presente es firme. De nada sirve renegar de un presente que está firme en toda la sociedad mientra el autor recela de sus éxitos escondiéndose en un baúl de recuerdos completamente efímero y anticuado.

Fahrenheit 451 me encantó, como idea. Crónicas marcianas es un clásico de la CF. El hombre ilustrado no he tenido el placer aún de leerlo. Pero de alguien que se consideraban un profeta o un visionario se podría haber esperado un poco más.

 

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