Cuando saco a pasear a mi Neo, muchas veces le digo —Vamos hasta el Crossroads y volvemos.— Sí, hablo con mi perro y mucho. Su silencio y su mirada sincera y afectuosa suele ser preferible a según que conversaciones.
Mi Crossroads en cuestión es este:
Es lo que en castellano se llamaría un cruce de caminos o una encrucijada.
El término en mi caso viene del maestro del Blues Robert Johnson, que creó la canción Crossroads, interpretada por muchísimas autoridades entre la que está mi ídolo Eric Clapton.
Cuentan las leyendas que Robert Johnson vendió su alma al diablo en la encrucijada de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale (Misisipi). Johnson sólo compuso 29 canciones (aunque haya 43 grabaciones ya que 13 de ellas las grabó dos veces) pero su escaso repertorio le bastó para consagrarse como un genio inspirador a grupos como John Fogerty, Bob Dylan, Johnny Winter, Jimi Hendrix, The Yardbirds, Led Zeppelin, The Allman Brothers Band, The Rolling Stones, Paul Butterfield, Queen, The White Stripes, The Black Keys, The Band, Neil Young, Warren Zevon, Jeff Beck, y Eric Clapton, quien lo llama El más importante músico de Blues que haya vivido. (Según Wikipedia)
Hay una película (bueno, en realidad hay tres con ese nombre) del año 1986 interpretada por Ralph Macchio (Karate Kid) que quiere aprender a tocar dicha canción y conoce a Willie Brown, amigo de Robert Johnson que por cierto es nombrado en la canción.
La encrucijada representa la incertidumbre, la duda, no saber qué camino tomar. ¿Cual será el bueno? ¿Habrá alguno mejor que otro?
Nuestras vidas están llenas de encrucijadas y de decisiones. Todas ellas se vuelven a encontrar con nuevas encrucijadas, y de nuevo, aparecen más y más. Es una de las teorías de los universos paralelos, en los que existen tantos universos paralelos como decisiones hemos tomado. Puede que estemos viviendo uno de los universos malos. Puede que sea el bueno. Sólo está en nuestras manos intentar elegir el buen camino en las encrucijadas para vivir en el mejor de los universos paralelos. Pero es tan difícil…
La película en sí no está mal. Si eres aficionado a la música y a la guitarra es imprescindible. La música corre a parte de Ry Cooder y al final hay un duelo con Steve Vai. ¿Y con qué gana el chico de Karate Kid a Steve Vai en pleno duelo? Pues con el «Capricho nº5 para guitarra» de Paganini. Ni más ni menos.
Recuerdo vagamente no sé si es en esta película o en otra, en la que aparece Robert Johnson con su guitarra para grabar un disco y lo ponen cara a la pared por ser negro. En otros sitios he leído que era su manera de grabar (aunque sólo grabara un disco) y empieza a interpretar su Crossroads. Ese momento es memorable, pero no lo he encontrado por Youtube.
Hasta la serie Supernatural le dedicó un episodio titulado «Crossroads Blues!). Y hay mucha gente que realmente creyó que había hecho un pacto con el diablo:
El diablo siempre cumple su palabra
Si bien es cierto, que existió el pacto con el diablo, se puede decir que Satanás cumplió sobradamente con su parte. Cómo si no se puede explicar, ya no solo que alguien pase de mediocre a extraordinario, sino que alguien con tan solo 27 años y 29 canciones, puede inspirar a toda una generación de músicos, sea un referente incluso a día de hoy, haya marcado estilo, su historia haya servido de inspiración a novelas, cómics, películas y canciones, se le haya otorgado un Grammy 50 años después de su muerte y esté entre los 5 mejores guitarristas de la historia.
Os pongo tres versiones: La original, una de Clapton en Cream (cuyo solo de guitarra está el número 10 de los 100 mejores solos de la historia, según Guitar World) y otra versión más reciente de John Mayer. Espero que disfrutéis las tres. Tomaros su tiempo, porque hay décadas entre las tres versiones.
La original.
La de Clapton en la primera superbanda de la historia (mejor guitarra, mejor batería y mejor bajo del momento) Cream (junto a Ginger Baker y Jack Bruce)