Los límites de los concursos fotográficos.

Imaginaros un concurso de relatos cuyas bases fueran:

Los relatos tendrán que entregarse en tablas de arcilla o en su defecto, en pergaminos escritos con pluma de ganso y sangre de oveja.

Bien, pues con la fotografía no avanzamos mucho en este aspecto.

Os pongo una captura que he recogido de un diario. Da lo mismo cuál y de dónde, porque la mayoría de concursos siguen estas reglas.

Concurso - Los límites de los concursos fotográficos.
Concurso fotográfico

Si seguimos al pie de la letra las bases del concurso no se podría enviar ninguna foto, pues todas se modifican electrónicamente.

Cuando se hace una fotografía toda la luz va a parar al sensor de la cámara, y se queda memorizada la información… ¡En escala de grises! Luego se pasa por un filtro Bayer «Desconozco si tiene algo que ver con las aspirinas» que tiene forma RGBG (Rojo, Verde, Azul y otra vez Verde). ¿El porqué de esta disposición? Lo siento, yo solo soy un simple aficionado…

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Filtro Bayer. Cburnett (Creative Commons)

Aquí vemos como después de la captura de grises del sensor pasa por el filtro Bayer. Si veis, cada disposición de 4 cuadrados crea 2 verdes, uno rojo y otro azul.

De aquí obtenemos una fotografía en RAW «en crudo», y aquí viene buena parte de la materia. La imagen RAW es plana, sin contraste, sin color. Está sin interpretar o «sin cocinar». Los que usamos réflex o algunas compactas e incluso móviles modernos ya nos permiten sacar el archivo RAW y procesarlo en un procesador RAW, como Camera Raw de Photoshop, Capture One, LightRoomArcSoft PhotoStudio Darkroom o LightZone. Los hay a patadas, algunos gratuitos y otros de pago.

En cambio, la otra opción, y la peor sin duda, aunque no te queda otra si tu cámara no te permite sacar el archivo en RAW, es sacar el archivo en JPEG. Y aquí es cuando el archivo RAW que tenía toda la información captada por el sensor pasa a ser un archivo comprimido con los ajustes que tú les has puesto en la cámara. Sí, esos de color, brillo, contraste, iluminación, etc. Es decir, está «modificando electrónicamente» la fotografía del RAW a JPEG «de cruda, a cocinada con los valores de la cámara».

No hace falta ser un crack para darse cuenta que lo mejor es, si es posible, sacar el archivo en RAW y utilizar el motor de procesado de cualquier programa de los anteriores «cuyo precio en algunos casos superan los 100€» que el motor de procesado de la cámara. Un programa de procesado al fin y al cabo lo que hace es modificar los ajustes básicos, pero mucho mejor.

Aquí un ejemplo del Camera Raw «yo a veces uso el Camera Raw de Photoshop o el LightRoom, depende del día y la presión atmosférica»

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Camera Raw 8.8

No voy a hablar de las ventajas interminables de utilizar el RAW, como poder corregir el balance de blancos, pero vamos con los ajustes básicos. Lo siento, lo tengo en inglés porque estoy haciendo «inmersión lingüistica» y lo tengo todo todito en inglés. Windows, Photoshop, móvil, etc. Pero vamos, de arriba abajo.

Balance de blancos:

  • Temperatura
  • Tinta

Ajustes de exposición:

  • Exposición
  • Contraste
  • Iluminaciones
  • Sombras
  • Blancos
  • Negros

Y de color:

  • Claridad
  • Intensidad
  • Saturación

Luego tenemos opciones básicas como corregir perspectivas, y aberraciones cromáticas, ya que no todos nos podemos permitir un equipo de 6000€

Esto sería el tema de producción. Ahora, ¿Qué es la edición?

Editar ya sí es alterar la imagen. Un claro ejemplo es el famoso HDR «Alto Rango Dinámico». Así rapidito para no aburrir. Nuestros sensores son limitados, tienen alrededor de 10 a 12 pasos de exposición. En cambio nuestro ojo tiene más de 25. Por eso si fotografiamos un jarrón al lado de una ventana abierta con mucho sol veremos que:

  1. Tenemos un jarrón cojonudo y una fuente de luz en la ventana que parezca que vaya a aparecer Caroline en cualquier momento.
  2. Una bonita ventana con su exterior pero un interior más negro que el sobaco de un cuervo.

Por eso se usa el HDR, para tomar diferentes tomas, con diferentes exposiciones, y luego mezclarlo en una. Lo que hice en esta foto de mi pueblo.

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Calle de los Cubiertos. Gelsa, Zaragoza.

Pues esto en la mayoría de los concursos está prohibidísimo. Vamos, como si no me hubiera llevado a mí mi trabajo ir con el trípode, hacer las tres fotos, y luego pasar casi una hora para juntarlas y lograr la exposición y el contraste que yo quería.

¿Demasiada innovación?

No creo. El fotógrafo Gustave le Gray ya lo hacía en el 1850 juntando varias placas… Hay una gran imagen que no recuerdo el nombre ni el autor que se hizo de la composición de recortes de 30 negativos.

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The Great Wave – Gustave Le Gray (Dominio Público)

Incluso el proceso cruzado se exige que sea en película en la mayoría de grupos del tema en flickr, 500px o similares. ¿Pero estamos tontos o que nos pasa?

El proceso de la fotografía no acaba con la captura y el procesado. Ahora tenemos unos límites que solo los frena nuestra imaginación. Todo es posible. Por fin alguien con una cámara humilde puede, a través de la edición, hacer espectaculares fotografías como las de Meagan V. Blazier, que os recomiendo veáis su página. Con una Canon Poweshot, ni réflex ni hostias. Pero con un trabajo de edición de la leche. Sus trabajos son impresionantes.

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North – Meagan V. Blazier ©

Realmente el sector de la fotografía ha cambiado muy rápido. Los fotógrafos profesionales se han visto frente a la implacable teoría de la evolución de Darwin. No sobrevive el más fuerte, si no el que mejor se adapta al medio. Y aquí es evidente que las reglas no van a cambiar. Los fotógrafos mejor valorados en las dos plataformas de fotografía antes comentadas son las que tienen vertientes artísticas. Las que no dejan fotografías sin transmitir lo que sienten en ellas. Y no solo lo hacen a través de una buena exposición y composición, si no a través de la edición.

Como demuestra Meagan, el equipo es muy importante para según que tipo de fotografía: deportes, animales salvajes, etc… Pero para disfrutar de una buena galería artística de fotografía le tienes que dar su efecto personal para llamar la atención ante tanto fotógrafo aficionado digital o fotógrafo profesional, pero aficionado digital con grandes equipos que no transmiten nada, aparte de fotografías muy nítidas.

No es casualidad que la mayoría de fotógrafos conozcamos desde hace muchos años a Andrzej Dragan por su efecto de edición Draganizado. Por cierto, otra web impresionante.

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Piotr – Andrzej Dragan ©

Así que lo dicho, a ver si nos dejamos de tonterías y reconocemos que las maravillas de la edición han venido para quedarse. Les guste a los aponderados de la fotografía o no.

Actualización a las 23:18 más o menos: Creo que uno de los puntos que tiran para atrás y que antes se me ha pasado es que mucha gente se piensa que editar una foto es poner un filtro y darle un botón a lo «Voy a tener Suerte» de Google o Aleatorio de Instagram «Si lo hay, que no lo uso». Pero no, yo me refiero a trabajar por zonas, usar capas, niveles, canales, máscaras de capa, etc. En fin a pasar muuuuucho rato delante de una foto, hasta para hacer un efecto retro que cualquier programa lo puede hacer. El proceso cruzado lo hago con Curvas y Niveles. Tengo un montón de acciones de pasos de edición que me han costado horas. Más de veinte maneras de hacer blancos y negros, como muchos fotógrafos. Corregir distorsiones y clonar las manchas del sensor porque no me puedo comprar un equipo nuevo.

Mucha gente se cree que todos usamos filtros de programas ajenos. Un click y ale. Pero los filtros han existido siempre. Los montajes también. Lo que quiero decir con este post es hacer la pregunta de si realmente es necesario impedir la creatividad del fotógrafo basándose francamente… en no se qué.

Cómo se suele decir: si es tan fácil ¡Hazlo tú!