¿Por qué nos gusta la música? (1ª Parte)

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Durante miles de años nuestra especie ha disfrutado de la música. Probablemente la música surgiera antes que el propio lenguaje, o incluso se usara la misma con el mismo fin. Pero yo no quiero hablar sobre ese tema, sino sobre qué es lo que nos hace que nos guste la música, y sus consecuencias.

Las consecuencias de escuchar música son todas positivas. Si alguien se queda sordo por escuchar música demasiado alta, evidentemente la culpa no es de la música.

A nivel neurocientífico se ha demostrado que la música afecta a todo el cerebro y ayuda a la neuroplasticidad «crear nuevos circuitos cerebrales», así como hay estudios que afirman que afecta incluso a la inteligencia.

Pero intentaré no meter tecnicismos y hablar sobre lo básico.

El patrón, la anticipación y la droga.

Nuestro cerebro está programado desde hace tiempo para aceptar un patrón musical que nos guste. En música, hay unos patrones que se repiten continuamente y que nos proporcionan un cierto placer. ¿A qué es debido ese placer? A la anticipación.

Tampoco entraré en teoría musical, pero hay muchos tipos de cadencias: auténticas perfectas, semicadencias, etc. Si os interesa el tema os dejo uno y dos artículos sobre el tema. Sino, una simple búsqueda en Google os explicará con detalle.

Este ejemplo es una cadencia perfecta de un tema que casi todos conocemos, un V-I,  podría ser perfectamente un Sol-Do. Este caso es muy simple y no hace falta ser músico para saber la nota que falta aquí y notar que falta algo, que la melodía no puede acabar así, que está incompleta.

Es conocida como la «Diana«, canción-despertador en la mili para decir: «Quinto levanta tira de la manta, quinto levanta, tira del man-tón». Nótese el guión y ahora escuchad el audio:

      Quinto Levanta - Quinto Levanta

 

Notaréis que falta algo importante. Falta el «tón», de «tira del man-tón»Y eso produce malestar. Se ha roto el patrón en tu cerebro.

Aunque nosotros no lo queramos, esos patrones funcionan en la música desde hace años y lo seguirán haciendo durante muchos más. Nuestro cerebro está programado para que unos intervalos nos den más placer que otros. Pero el placer, todo el placer que encontramos en la música, se basa en la anticipación. En adivinar qué es lo que va a suceder después. En este tema, nos hemos quedado con las ganas de la nota que faltaba, pero todos adivinábamos que nota era sin necesidad de ser músicos. Y no solo en esta canción, por algo se le llama cadencia perfecta al V-I.

La melodía con la nota que falta:

      Quinto Levanta completa - Quinto Levanta completa

 

Esa anticipación proporciona placer a nuestro cerebro, en especial al núcleo accumbens en forma de recompensa, muy similar al que proporcionan muchas drogas y liberando este dopamina. La dopamina es el neurotransmisor de la felicidad. Si le damos al cerebro cosas que le gusten, este nos recompensará con dopamina haciéndonos sentir bien.

En un experimento realizado con música en una cámara tomográfica para controlar las emociones de los voluntarios se descubrieron cosas increíbles. Se notaron aumentos significativos de entre un 6% y un 9% de dopamina. E incluso un voluntario tuvo un aumento de dopamina de un 21% con el Adagio para cuerdas de Samuel Barber: El más efectivo de todo el experimento. Para que os hagáis una idea, una raya de coca eleva la dopamina en torno a un 22%. (Fuente: Historia Freak de la música)

Yo no os puedo dar una raya de coca, pero os dejo disfrutar del Adagio de Barber 🙂

      Adagio For Strings Op 11 - Barber

La aceptación de un nuevo patrón – La canción del verano.

Aunque tengamos nuestros patrones «de serie» somos capaces de aceptar e incorporar nuevos patrones. El placer se va haciendo mayor cada vez que nuestro cerebro es capaz de reconocer esa estructura musical que escuchamos una y otra vez.

En la radio lo saben, por eso ponen siempre lo mismo una y otra vez hasta conseguir que te sorprendas silbando o cantando esa canción que tanto odiabas pero que estás cansado de escuchar hasta la saciedad. Tu consciente la odia, pero a tu inconsciente le importa bien poco. Lo negarás delante de tus amigos, pero si la escuchas lo suficiente… ¡Te gustará!

No me digas que no se te mueven las piernas y no puedes dejar de tatarearla…

      Asereje - Las Ketchup

 

Esta capacidad de adaptación es lo que hace que aprendas de la música y cada vez, si le dedicas el tiempo suficiente, te exijas más a ti mismo. Cuantos más estilos escuches, tu mente más se adaptará y se flexibilizará, haciendo que sea más fácil comprender y asimilar música a niveles superiores.

Pero como veo que esto se me está yendo de las manos, me quedan muchísimas cosas en el tintero y no quiero que se haga eterno… creo que lo mejor es dejarlo en un:

Continuará…