NECESITO GRITAR ASÍ!!!!
Hace un rato me acaba de llegar el recibo del paro del mes de noviembre… y me han reducido más… El lunes me pondré en contacto con estos cabrones.
Hoy, al despertarme y ver las noticias del Facebook me he enterado que tal día como hoy, en 1969, salía al mercado el disco Ummagumma de Pink Floyd. El primer grupo que se atrevió a innovar sacando un doble disco con uno de ellos en estudio y el otro en directo.
Hace más de 15 años que me lo compré. Me costó nada más y nada menos que 5000 pesetas. Haceros una idea del cambio a euros y época.
El disco de estudio es infumable. Destaca la que yo creo y únicamente por el dato, que al menos yo no conozco, la canción con el título más largo: «Several Species of Small Furry Animals Gathered Together in a Cave and Grooving with a Pict«, que según el traductor de Google vendría a ser: «Varias especies de pequeños animales peludos reunidos en una cueva y ranurado con una imagen» aunque lo de ranurado ni yo ni el diccionario lo acabamos de comprender. Serán cosas de Google… Pero todo el disco suena así. Con sonidos aleatorios y golpes sin sentido. Como un disco de Melendi vaya.
El disco en directo grabado en Pompeya es otra cosa. Son cuatro temas llenos de virtuosismo con improvisaciones, solos, etc. Y entre todo ello, hay unos minutos que sólo por ellos, merece la pena haber comprado ese disco por encima de mis posibilidades.
Los minutos que cuestan más de 5000 pesetas pertenecen al tema “A saucerful of secrets” que dura más de 12 minutos y aquí pongo el final, poco más de 4 minutos que son de lo mejor de la historia de la música. En plena transición del grupo, Syd Barrett estaba ya completamente desequilibrado, y con la incorporación de David Gilmour a la guitarra y en este tema a la voz, la formación de Roger Waters, Richard Wright, Nick Mason y David Gilmour dejaron un directo lleno de innovación y de improvisaciones celestiales.
Me gustaría estar allí en estos momentos, bajo el Vesubio y poder gritar como David Gilmour lo hace.
Menos mal que no se puede escuchar música por encima de nuestras posibilidades…
Qué hijos de puta.
